lunes, 17 de julio de 2017

Buenos días.
Vuelvo después de una larga temporada sin actualizaciones. Ha sido una época de cambios, de adaptación a un nuevo trabajo, de pensar mucho en el blog, de idear qué cosas quiero contar aquí y de cómo enfocarlo. Me gusta mi blog a pesar de que es pequeño y de que todavía está en pañales, pero me gusta porque es parte de mí y porque muestra una de las cosas que más amo hacer.
Creo que es justo contar que en esta época de cambios también he tenido que despedirme de Kira, mi fiel amiga en estos últimos diez años, que ha llenado de alegría mis días, de mimos, de miradas cómplices y de lametones con más cariño que muchos gestos de aquellos que pueden hablar.
Por ella, por su amor por el dulce, por su mirada suplicante ante el olor del azúcar mezclado con mantequilla, van dedicadas mis galletas de hoy.
Por siempre te echaré de menos Kira, y cada vez que encienda el horno, para mí, tú estarás sentada al lado de la nevera, esperando a todo lo que pueda pasar por delante de tu nariz.
Y sin más, creo que he elegido el día de la semana que me gusta para actualizar mi blog, aunque probablemente varíe entre el fin de semana y el lunes-martes, porque soy un desastre :D.

Os dejo hoy con unas galletas, sigo trabajando, soy un desastre en la pintura pero yo sigo erre que erre. Ha sido una miscelánea, quería llevar algo al trabajo y me puse a galletear, y claro como iba a hacer galletas y no hacer glasa... y ya que hacía glasa como no iba a hacer un caballito...
Uso la receta de galletas que os dejé en la entrada anterior y la misma de glasa.
Tengo pendiente hacer unas de naranja y chocolate que aguantan bien la glasa para la decoración, y el fondant. Las hago y os cuento.

RECETA DE GALLETAS DE MANTEQUILLA
- 250 g de mantequilla a temperatura ambienta (cuanto mejor la mantequilla, mejor el sabor)
- 125 g de azúcar glas o icing sugar. No salen demasiado dulces, porque ya con la glasa sobra. Si nop vais a glasear, hay que poner algo más de azúcar.
- 1 huevo tamaño L
- Esencia de vainilla
-500 g de harina (usamos 480 y dejamos 20 para espolvorear la mesa).


**Importante no integrar demasiado aire en la masa, amasamos lo justo para que sea homogénea la masa pero no seguimos para no incorporar demasiado aire porque luego ese aire sale en el horno.

Para empezar mezclamos el azúcar con la mantequilla y lo batimos bien hasta que está perfectamente integrado y tenemos una masa que ha blanqueado y es homogénea.

El siguiente paso es añadir el huevo y la esencia, esto lleva un poco más de tiempo por la textura de los ingredientes, no perdáis la paciencia, que al final se consigue.

Añadimos la masa y cuando se quede pegada a la batidora la sacamos y la terminamos a mano, usando la harina reservada para espolvorear la mesa. Añadimos harina y amasamos hasta que tenemos una masa que no se pega a las manos.
No añadimos más harina de los 20 g reservados, no hace falta.

Una vez terminado, dejamos la masa reposar 15- 30 minutos, después la dividimos en dos partes, las colocamos entre dos papeles de horno y las amasamos.
Debemos dejarlas reposar en la nevera como mínimo 30 minutos, o en el congelador.
El resultado es mejor si las dejamos toda la noche en el frigorífico, pero en mi caso como estaba ansiosa y quería hacerlas ya, las dejé en el congelador una hora y me puse manos a la obra.

Antes de sacarlas del frío, precalentamos el horno unos 170 grados calor arriba y abajo y cuando está listo, sacamos las galletas, les quitamos el papel de horno, las cortamos y al horno. Para que sean aún más perfectas, si después de cortarlas las metemos al frío nuevamente 15 minutos es mejor.
En mi caso, yo las saqué a la ventana, pues en Oviedo estábamos a 1 grado, así que fue suficiente.

Los recortes, los amasamos, los ponemos al frío y vuelta a empezar.

Las galletas deben estar en el horno, unos 10 minutos, depende de cada uno, hasta que los bordes estén doraditos, a más dorada la galleta, más resiste a las manipulaciones, pero que tampoco se os quemen que no es plan jaja.


Después del reposo, glaseado y decoración al gusto y a jugar!







Gracias por leerme, un beso dulce,
Lidia.